El Médico y El Aprendiz en la revista Qué Leer
El payo Guillermo se ha acercado a visitar a un escritor de libros gordos de esos que te llevas para leer durante el verano y, a veces, se te echa el tiempo encima, no consigues terminarlos y le echas la culpa a los niños porque no te han dejado ni un minuto de calma en todas las vacaciones. ¡Iros ya a la piscina un rato y dejad de darme la tabarra, por dios! Ya vale te tanto «me aburro, me aburro»… Si se aburren ahora, qué hubieran hecho de haber nacido en los 60 cuando sólo se estilaban las tiras de petardos y el tanque Clim lanzaventosas…
El escritor en cuestión se apellida Gordon, como el de la Ginebra, y vive en un pueblecito de Estados Unidos. Es un sitio muy cuco, pero el señor Noah -que se llama igual que el del diluvio, pero en idiomas- le ha pedido por favor que no se lo diga a nadie si no quiere que le retuerza el cuello. Resulta que el autor de El Médico es muy conocido, como Elsa Baeza y todos esos, y no quiere que la presidenta del club de fans se le presente en la puerta con una mandolina a entonar canciones de Perales o los de Salvat a venderle una enciclopedia. Y, claro, el payo Guillermo le ha prometido por lo más sagrado que no se lo va a decir a nadie, aunque le hagan cosquillas con plumas de ganso en las orejas. A lo mejor se le escapa que la aldea está en el estado de Massachussets. O puede que llegue a confesar que queda cerca de Boston. A un tiro de piedra. Pero las coordenadas exactas no las da ahí le echen mal de ojo y le metan los pieses en anís para que se le queden pequeños como a las chinas.
Si quieres conocer el resultado de este encuentro y todas las verdades sobre Noah Gordon, busca la entrevista en el número de abril de Qué Leer. Verás cómo disfrutas.
