Mensajitos del Guillermo (Reflexiones de todo a un euro)
Nos hemos quedado sin disfrutar de Pitingo en Nueva York. Según anulaba la dirección del Manhattan Center el concierto previsto para el pasado viernes 9 de marzo, llegaba la concesión del visado. Cinco minutos más tarde de lo necesario. Cuando no cabía ya la marcha atrás. Los del Homeland Security se mostraron reacios a darle la bienvenida al inventor de las Soulerías porque su apellido coincide con el de un terrorista terrible: el malvado Pitingo. Intercedieron el Ministerio de Cultura, el Consulado y el Cristo de Medinaceli (que está ahora en promoción) y al final se produjo el milagro. Pero demasiado tarde. Quizás de esto pudiéramos aprender que los milagros se disfrutan mejor cuando uno madruga. Vamos, que presentar la solicitud del visado con un par de días de margen tampoco viene mal. Ahín los flamencos, siempre a las últimas horas posibles… y luego no hay margen pá maniobral. Várgame.