Nov 20, 2012Ana CaballeroNoticiasComentarios desactivados en Eran dos tipos requetefinos
– Hola Don Pepito.
– Hola, Don José.
– ¿Pasó usted ya por casa?
– Por su casa yo pasé y por cierto, todo el mundo estaba triste y apagado y en la plazoleta de enfrente se apelotonaban hombres y mujeres, hechos y derechos, cargados con sus juguetes añejos y sus recuerdos intactos y muchos lloraban y otros perdían sus miradas en el cielo como buscando algo.
– ¿Y eso?
– ¿Ah, pero no se ha enterado?
– No ¿Qué pasó?
– Que ha muerto Miliki.
– No me diga.
– Pues sí, Don Pepito, sí. La verdad es que llevo todo el día como vacío desde que me he enterado. No sé, es como si de repente me hubiesen zarandeado el alma por sorpresa y se me hubiera quedado el ánimo tambaleándose.
– Me deja usted de piedra.
– Es que han sido muchos años ¿Y quién nos cantará a partir de ahora?
– ¡Ah, por eso no se preocupe, Don José, que ya se encargó Miliki de que quedásemos bien cobijados en el corazón de mucha gente! Nos quieren Don José, nos quieren. Yo por nosotros no me preocupo, lo que tengo es mucha pena porque el que ya no nos cantará será él.
– O sí.
– Bueno, vete tú a saber.
– Un momento, Don Pepito ¿Estoy alucinando o lo que ha pasado por ahí delante de nosotros ha sido una gallina?
– Claro, es Turuleta ¡Turuletaaaaaaaaaaaaa! ¡Turuletaaaaaaaaaaa!
– ¡Será posible! ¿La ha visto usted? Ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres…
– Déjela a la gallinita, déjela a la pobrecita, déjela que ponga diez.
– Siempre ha sido un desastre, ya la conoce usted. Poniendo huevos por cualquier lado…
– Bueno Don Pepito me voy a tener que ir. Pero antes ¿Qué le parece a usted si en homenaje a Miliki nos ponemos estas narices rojas, estas gorrillas de visera, nos enfundamos en estas camisetonas rojas y cantamos algo para homenajearle?.
– Me parece prefecto.
– Pues no se hable más. Deme el tono, Don Pepito.
– Doooooooo…
– Un, dos, tres y…
– “Un barquito
de cáscara de nuez,
fabricado, con velas de papel
se hizo hoy a la mar
para lejos llevar
gotitas doradas de miel…”
– ¡Ay, Don José, me he emocionado, no puedo seguir”
– Sí, yo también. Una pena, una gran pena. Bueno amigo, ya nos veremos.
– Pronto, muy pronto.
– Adiós Don Pepito.
– Adiós Don José.